Reseña_Entre Vidas
Ficha técnica
Autor: Laura Tárraga
Editorial: Autopublicado
Editorial: Autopublicado
Género: Realismo con fantasía
Saga: No
Idioma original: Español
Fecha de publicación: 18/05/2019
Páginas: 326
Sinopsis
La Ecuménica y el Hotel Vista Roja unen a Manuela y Ela sin saberlo. La guerra que cambió el mundo entra en sus vidas a pesar de los años que las separan.
Manuela ha decidido que el pueblo se le queda pequeño. En el año 40 tiene que enfrentarse a sus miedos y dejar atrás a su familia.
Ela está obsesionada con la Guerra a pesar de que en el año 80 nadie quiere hablar de ella. El Memorial se acerca y una excursión con su colegio hará que su vida dé un vuelco.
Dos chicas de diecisiete años y un hecho que cambiará sus vidas para siempre.
Opinión Personal
En este libro nos encontramos con dos historias que trascurren en dos décadas diferentes separadas por una guerra que cambió el mundo. Esta guerra, llamada Ecumérica, recuerda mucho a la Segunda Guerra Mundial, ya que durante este conflicto un país fascista invade otros territorios y realiza un genocidio contra parte de la población (en esta historia, las víctimas del genocidio son los artistas).
En los años 40 la guerra se observa como algo lejano desde Ordeos. Para Manuela, estas cosas no importan demasiado, ella, que es una chica de pueblo, encerrada en una vida destinada a casarse y tener hijos, solo sueña con volar fuera de esa jaula de lazos familiares. Para poder realizar sus sueños, se escapa de su pueblo en busca de trabajo.
Manuela acaba trabajando como camarera de habitaciones en el Hotel Vista Roja, donde encontrará otra familia aunque no tengan los mismos genes, Fifo, Piedad, Geno…
Ellos vivirán la guerra en primera persona, sus horrores, desgracias y miserias. A pesar de lo dura que es la historia, a través de estas situaciones podemos ver los lazos de amistad y compañerismo que permanecen hasta en las situaciones más difíciles.
Por otro lado está Manuela, que vive en los años 80, donde la Ecumérica sigue en las pesadillas de muchos. Se acerca el Memorial, un acto en recuerdo de los que murieron en el conflicto, lo que abre viejas heridas entre antiguos enemigos. Manuela vive en el eterno conflicto entre recordar para no repetir la historia u olvidar y dejar los malos momentos atrás. Ella quiere saber todo lo que pueda sobre el conflicto, pero por ello se enfrenta al rechazo de mucha gente a la que quiere.
Por no hablar de los sucesos extraños que la ocurren desde hace poco, pesadillas, recuerdos de algo que no ha vivido… Ela se siente rara, perdida, no sabe lo que está ocurriendo en su cuerpo y teme estar volviéndose loca.
Estás dos tramas se mezclarán de una forma poco habitual, pero muy bien trazada. El libro intercala capítulos de Ela (en primera persona) con capítulos de Manuela (en tercera persona) lo que hace que siempre te quedes con las ganas de saber más y nunca pierdas de vista ninguna de las líneas. Si tengo que poner un pero es por los cambios de narrador, cuando cambiaba el capítulo tardaba en acostumbrarme al cambio de tiempo verbal y eso se hacía un poco pesado.
Para terminar tengo que deciros que durante el tiempo que estás leyendo el libro tienes la sensación de estar leyendo algo importante. Habla de una guerra, pero no como otros muchos libros que hablan de guerras, este retrata la cotidianidad de una guerra, como se aprende a vivir sabiendo que quizás no haya mañana, que tu lucha no pasará a la historia pero que estás asistiendo a acontecimientos que sí perdurarán en el recuerdo.
Esta historia es una bofetada de realidad, de como se sobrevive a la peor guerra que el mundo haya conocido y como se vive con el recuerdo de ella.
La Ecuménica y el Hotel Vista Roja unen a Manuela y Ela sin saberlo. La guerra que cambió el mundo entra en sus vidas a pesar de los años que las separan.
Manuela ha decidido que el pueblo se le queda pequeño. En el año 40 tiene que enfrentarse a sus miedos y dejar atrás a su familia.
Ela está obsesionada con la Guerra a pesar de que en el año 80 nadie quiere hablar de ella. El Memorial se acerca y una excursión con su colegio hará que su vida dé un vuelco.
Dos chicas de diecisiete años y un hecho que cambiará sus vidas para siempre.
Manuela ha decidido que el pueblo se le queda pequeño. En el año 40 tiene que enfrentarse a sus miedos y dejar atrás a su familia.
Ela está obsesionada con la Guerra a pesar de que en el año 80 nadie quiere hablar de ella. El Memorial se acerca y una excursión con su colegio hará que su vida dé un vuelco.
Dos chicas de diecisiete años y un hecho que cambiará sus vidas para siempre.
Opinión Personal
En los años 40 la guerra se observa como algo lejano desde Ordeos. Para Manuela, estas cosas no importan demasiado, ella, que es una chica de pueblo, encerrada en una vida destinada a casarse y tener hijos, solo sueña con volar fuera de esa jaula de lazos familiares. Para poder realizar sus sueños, se escapa de su pueblo en busca de trabajo.
Manuela acaba trabajando como camarera de habitaciones en el Hotel Vista Roja, donde encontrará otra familia aunque no tengan los mismos genes, Fifo, Piedad, Geno…
Ellos vivirán la guerra en primera persona, sus horrores, desgracias y miserias. A pesar de lo dura que es la historia, a través de estas situaciones podemos ver los lazos de amistad y compañerismo que permanecen hasta en las situaciones más difíciles.
Por otro lado está Manuela, que vive en los años 80, donde la Ecumérica sigue en las pesadillas de muchos. Se acerca el Memorial, un acto en recuerdo de los que murieron en el conflicto, lo que abre viejas heridas entre antiguos enemigos. Manuela vive en el eterno conflicto entre recordar para no repetir la historia u olvidar y dejar los malos momentos atrás. Ella quiere saber todo lo que pueda sobre el conflicto, pero por ello se enfrenta al rechazo de mucha gente a la que quiere.
Por no hablar de los sucesos extraños que la ocurren desde hace poco, pesadillas, recuerdos de algo que no ha vivido… Ela se siente rara, perdida, no sabe lo que está ocurriendo en su cuerpo y teme estar volviéndose loca.
Estás dos tramas se mezclarán de una forma poco habitual, pero muy bien trazada. El libro intercala capítulos de Ela (en primera persona) con capítulos de Manuela (en tercera persona) lo que hace que siempre te quedes con las ganas de saber más y nunca pierdas de vista ninguna de las líneas. Si tengo que poner un pero es por los cambios de narrador, cuando cambiaba el capítulo tardaba en acostumbrarme al cambio de tiempo verbal y eso se hacía un poco pesado.
Para terminar tengo que deciros que durante el tiempo que estás leyendo el libro tienes la sensación de estar leyendo algo importante. Habla de una guerra, pero no como otros muchos libros que hablan de guerras, este retrata la cotidianidad de una guerra, como se aprende a vivir sabiendo que quizás no haya mañana, que tu lucha no pasará a la historia pero que estás asistiendo a acontecimientos que sí perdurarán en el recuerdo.
Esta historia es una bofetada de realidad, de como se sobrevive a la peor guerra que el mundo haya conocido y como se vive con el recuerdo de ella.
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